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La flora intestinal, primera línea de defensa
Defensas naturales
¿Sabías que el 70% de nuestras células de defensa inmunitaria se encuentran en nuestra flora intestinal? Esta flora se descuida con demasiada frecuencia, a pesar de que es una de las primeras líneas de defensa del organismo, y sin duda la más importante. Ayuda a tu organismo a defenderse mejor y a gestionar las agresiones externas reforzando la flora intestinal.
La flora intestinal, ¡la punta de la lanza de el sistema inmunitario!
3 días después del nacimiento, el tracto digestivo ya contiene 1.000 billones de bacterias. En el caso de los niños nacidos de forma natural, su flora intestinal procede de la de su madre; en cambio, en el caso de los niños nacidos por cesárea, está formada por bacterias ambientales. Posteriormente, la flora evolucionará en función del estilo de vida (principalmente la alimentación), las patologías y los medicamentos ingeridos.
Mantenerse sano requiere un sistema de defensa eficiente. Cuando sabemos que el 70% de las células inmunitarias se encuentran en el ecosistema intestinal, comprendemos su importancia y la de la flora intestinal, que desempeña un papel fundamental...
El papel que desempeña el ecosistema intestinal en el sistema inmunitario no se conoce bien, pero es esencial. Se trata de una verdadera barrera natural contra los agresores externos (agentes patógenos, bacterias, virus, etc.), es también el principal órgano inmunitario de nuestro organismo.
Sin embargo, hay una serie de factores que pueden influir en nuestra flora intestinal: la edad, las infecciones recurrentes, el estrés excesivo, los tratamientos con antibióticos frecuentes, una dieta desequilibrada... Estos factores pueden debilitar nuestra flora y, por tanto, debilitar nuestro sistema inmunitario. En estos casos, los probióticos son unos aliados perfectos.
Los microorganismos ingeridos vivos en cantidades suficientes y regulares, refuerzan la acción de las bacterias buenas ya presentes en el intestino, impiden la proliferación de gérmenes indeseables y restablecen el equilibrio de la flora intestinal. También permiten una mejor asimilación de los hidratos de carbono, lípidos, proteínas, fibras, vitaminas, minerales y oligoelementos por parte de nuestro organismo.